La RD Congo es el país que conocemos por los gorilas, el coltan y el conflicto. Uno de los países más ricos del mundo y a su vez, su población sufre las dificultades del abuso y maltrato de todas las formas posibles. La violencia sexual, el acoso, el derribo de la dignidad y el trauma colectivo son aquí facetas cotidianas. Pero hay una belleza que emerge entre las tinieblas, su pueblo. El carácter del pueblo congoleño cálido y sonriente, que baila al son de su propia voz y que grita paz con esperanza y orgullo.
El Centro Psicosocial MUTIMA se encuentra en la región de los Kivu, la zona más conflictiva de la RD del Congo debido a sus recursos naturales en especial los recursos minerales, y donde operan más de un centenar de grupos rebeldes. Como consecuencia, las personas de las zonas en conflicto viven en constante inseguridad. Continuamente sus hogares son saqueados e incendiados, ellos tomados como rehenes, asesinados, mutilados y sus derechos y cuerpos violados.
La violación, tanto a niñas como mujeres y ancianas, se utiliza como un arma de guerra, que no solo destroza una vida, sino toda una familia y una comunidad. La violación de menores es incluso utilizada como un ritual de magia, pues la sangre de la virgen, les hará más fuertes e les protegerá contra el SIDA, "el diamante rojo". Estas niñas, jóvenes, mujeres y ancianas necesitan apoyo psicológico para que no acaben suicidándose, pues en numerosos casos, la propia familia los repudia por la presión del grupo social.
De este permanente conflicto no se libra nadie. Los hombres y niños también son violados y obligados a unirse a las guerrillas. Otros niños se unen voluntariamente a las guerrillas para vengar la muerte de su madre, padre, hermana o hermano. Pero luego la vida en el grupo rebelde se convierte en una pesadilla de la que no se pueden liberar. Son obligados a matar, saquear y violar, y para quebrantar su espíritu son literalmente fustigados y violados. Estos niños soldado también necesitan apoyo psicológico especializado urgente.
Dentro de un contexto lleno de violencia, hay también luz, las personas.
El Centro Psicosocial MUTIMA ve corazones que sufren dentro de personas. Estas personas son como tu y como yo. Estas personas tienen pensamientos, emociones y un cuerpo que necesita ser visto. MUTIMA ve personas que tienen familias y amigos. MUTIMA ve comunidades con espíritu de crecimiento. MUTIMA ve un país que grita paz.
COOPERA CONGO, gracias a personas como tu, que apoyan el trabajo incesante de Lorena Aguirre Cadarso e Itsaso Velez del Burgo, pueden poner sonrisas en los corazones de las personas y de los chimpancés y liberarse del trauma emocional.
El cortometraje "MAMA", el Centro Psicosocial MUTIMA y el Centro de Rehabilitación de Primates de Lwiro, no son ficción ni un anuncio televisivo del mundo “civilizado”. Son una burbuja de realidad dentro de la RD Congo. Son una realidad de tu mundo.
Tu eliges ser parte de la solución
Un país, un pueblo, sus personas han de ser respetadas y dignificadas. Desde la dignidad se puede hacer justicia y un país libre, donde todo ser humano pueda ser bandera de seguridad y futuro.
Somos conscientes que la base para que un pueblo prospere es la educación en su sentido más amplio. Pero lo que sí hemos aprendido a lo largo de los años, es que en cualquier entorno del mundo, es necesario el equilibrio entre la salud física y mental. En este caso no es una necesidad, es una emergencia humanitaria de primer orden.
La promoción de la salud mental, la formación de profesionales especializados, la información dada a la población, no es un artículo de lujo, es una necesidad primaria. Cuando vemos u oímos la situación de alarma que se vive en los países, lo percibimos como un todo sin pensar, que "x conflicto" está compuesto por personas cuyas vidas han sido arrasadas. Pero todo queda enmudecido ante el mundo. Las ONGs nos volvemos locos para acercar y humanizar a las víctimas de los conflictos, pero es difícil conseguirlo, porque tenemos un mecanismo de defensa que nos protege del dolor ajeno. Con sensatez, respirando, manteniendo una distancia emocional, también puedes ser parte de la solución. Si cada persona de este planeta, elige una causa, con la que resuene, y decide apoyar con recursos materiales o económicos, ideas, firmando una causa, difundiendo en redes, o con trabajo voluntario, esa situación estaría más cerca de la solución, que si decidimos "no hacer nada". Tu eliges ser parte de la solución, o no hacer nada.
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